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Etiopía, ¿elecciones para calmar la tensión?

El año pasado el segundo país más poblado de África pospuso las elecciones de agosto atento la pandemia de Covid-19. A fin de año se decidió una segunda postergación, luego un ligero cambio. Hoy es el día clave. ¿Qué hay detrás de estas demoras?

El año 2020 tuvo de todo en Etiopía, cuyo equilibrio étnico es frágil y ese es el desafío principal del
Primer Ministro Abiy Ahmed, llegado al poder hace poco más de tres años, mientras avanza en su
deseo de reelección, un reto que fue pospuesto por las condiciones sanitarias pero también por
otras variables delicadas. Hoy, lunes, el Parlamento etíope renueva sus 547 bancas, a partir del
voto de 36,2 millones de personas, y el líder del partido ganador pasará automáticamente a ser
Primer Ministro de entre más de 40 partidos, la mayoría de base regional, y unas 9.000
candidaturas federales y regionales. Ahmed se la juega y el compromiso electoral funcionará como
una forma de refrendar (o no) sus más de 36 meses en el poder si su partido consigue la mayoría.

Addis Abeba | Foto de Yonatan Tesfaye | unsplash.com

Madre de las crisis, Tigray

Ahmed, tras obtener el Premio Nobel de la Paz 2019, a partir del 4 de noviembre de 2020 lideró
una guerra contra una región insumisa, Tigray y su gobierno. Así enfrenta un conflicto en el norte,
el cual pronto adquirió una dimensión internacional con la intervención de la vecina Eritrea, aliada
luego de la recomposición de las relaciones con Addis Ababa, un motivo que le valió ese premio al
mandatario de la etnia oromo, una de las principales dentro de la amplia diversidad cultural del
país que es un pivote regional y que supera 110 millones de habitantes.
Las evidencias de delitos de lesa humanidad por ambas partes fueron abundantes con el correr de
las semanas y ameritó opiniones disímiles sobre la necesidad de intervención para evitar más
masacres con el fantasma del genocidio rwandés pululando en la memoria. La guerra en Tigray,
que continúa al presente, al estallar fue la noticia más trascendente pero no la única sucedida en
una nación con varios problemas. Estos suponen desafíos difíciles para la nueva coalición
gobernante, el Partido de la Prosperidad (PP), del cual en 2019 el poder que administra Tigray fue
excluido (el TPLF, Frente Popular de Liberación de Tigray, por su sigla en inglés). El deterioro de la
relación entre Tigray y la administración federal de Addis Ababa generó el inicio de una guerra que
desestabiliza toda la región desde noviembre pasado, provocando miles de muertes y entre un
millón a dos millones de personas que debieron abandonar sus hogares, con más de 60.000
refugiadas en el vecino Sudán.

La crisis en esta área norteña no amaina y es muy grave. A los estragos de la violencia, que algunas
voces equiparan con la tan temida limpieza étnica, acompaña una hambruna que ya afecta a unas
350.000 personas. Y hay más. Una cifra terrible incluye más de 5 millones en necesidad de ayuda
humanitaria urgente, cerca del 90% de la población de Tigray, según Naciones Unidas. Además, el
estado actual de un conflicto sin desenlace, pero que Ahmed declaró haberlo ganado al poco
tiempo, impide llevar a cabo comicios en esa región tan castigada y gobernada por una
administración interina tras declarar el poder central ilegal el gobierno del TPLF y resultar este
último reemplazado.

Etnicidad e inestabilidad

Si bien Abiy Ahmed es el primer oromo en llegar a un puesto de suma importancia en la historia
del país y el PP tiene en su listado a un partido de esa extracción, las relaciones entre la coalición
gobernante y la región oromo distan de ser buenas. Hace casi un año el popular cantante y
activista Hachalu Hundessa, principal referente de la causa oromo y quien denunciaba la
conflictiva relación entre su gente y el gobierno, fue asesinado por la policía desatando sendas
oleadas de ira colectiva. El OLF (Frente de Liberación Oromo, por sus siglas en inglés) ha
enfrentado al poderoso ejército etíope en varias ocasiones ante el pedido de autodeterminación
de su pueblo. En su página web se listan las persecuciones al grupo que Addis Ababa, junto a su
aliado Eritrea, clasifica como una agrupación terrorista desde mayo (al igual que el TPLF)
deteriorando aún más las relaciones. Esta agrupación declaró en marzo que no se presentará a
elecciones y llamó a boicotearlos, tras producirse el arresto de algunos de sus dirigentes y el cierre
de oficinas, incluyendo la central en la capital. Otro importante partido regional también se retiró
de la contienda.

El OLF también ha denunciado la violencia estatal en la región vecina de Benishangul-Gumuz en la
cual los ataques masivos son moneda corriente y constituye una de las regiones menos seguras del
país ante la lucha por recursos que se da allí de la cual resultaron centenas de muertes. Por caso, a
fines del año pasado en un solo ataque armado murieron más de 100 personas, y unos pocos días
más tarde, durante la segunda semana de enero, producto de choques locales, se registraron al
menos unas 80 víctimas más.

Un poco más al norte, la región de Amhara es otra que sufre de altos niveles de violencia local
también explicados en base a la variable étnica que obligan a la expatriación a la vecina y cuya
población alega la apropiación de tierras por amharas procedentes del norte. En consecuencia, se
denuncian ataques gumuz a objetivos oromo y amhara. Todo lo anterior tiene su correlato
electoral. La situación de seguridad tan delicada genera el impedimento del voto en parte de
Benishangul-Gumuz, al no estar garantizadas las condiciones de seguridad mínimas, como en las
regiones orientales del Ogadén y de Harar. En otras no se ha llegado a tiempo de empadronar a
electores por diversas irregularidades y demoras. Sumado a temas étnicos y de seguridad, todo
llevó en diciembre a postergar por segunda vez las elecciones, al 5 de junio. Finalmente, más
demoras las retrasaron más de dos semanas.

Agua, cuestión central

La palabra faraónico siempre se ha asociado a Egipto, pero en este caso se puede utilizar en
relación a Etiopía. Como si los frentes de inestabilidad internos fueran pocos, Addis Ababa
emprende el proyecto hídrico más colosal de África, la denominada Gran Represa del
Renacimiento Etíope, que ha generado varios roces con Egipto y Sudán en relación al
aprovechamiento de las aguas del río Nilo, y en particular el cauce del Nilo Azul. Si siempre se
pregona que las próximas batallas del futuro tendrán que ver con el acaparamiento del agua, se
espera que el noreste africano no ofrezca un ejemplo. Por fuera de la tensión hídrica, Etiopía y
Sudán mantienen diferendos territoriales que desencadenaron escaramuzas fronterizas entre
2020 y 2021.

Desde 2011, y con un costo de u$s 4.800 millones, la conmoción en Egipto, producto de las
“Primaveras Árabes”, ayudó a llevar a cabo en silencio esta colosal obra hidroeléctrica. Pero su
avance comenzó a generar preocupación en Egipto y en Sudán. A comienzos de octubre de 2020
Addis Ababa tomó una decisión crucial, cerrar el espacio aéreo donde se emplaza la construcción,
Benishangul-Gumuz, alegando cualquier eventual ataque aéreo desde el exterior. La queja mayor
tanto de El Cairo como de Jartum es que la mentada Represa les arrebate agua. En su defensa,
Etiopía argumenta que la construcción servirá para actuar en caso de inundaciones en Sudán,
distante solo a 30 kilómetros del sitio en obra.

La amenaza de un nuevo conflicto armado se vivió como una posible realidad días más tarde. El
expresidente estadounidense Donald Trump declaró que Egipto podía hacer volar el proyecto
etíope si esta administración avanzaba con la obra. Como sea, Ahmed denunció la actitud nada
pacífica del exmandatario de la potencia mundial. El desacuerdo llega al presente al fracasar a
comienzos de abril negociaciones auspiciadas por la Unión Africana. La preocupación egipcia es
patente: casi todo el riego y el abastecimiento de agua potable dependen del Nilo. En 2020 Etiopía
completó el primer llenado de la Represa y, según anunciara, el segundo se hará con o sin acuerdo
entre las partes. Mientras tanto, Rusia se ha ofrecido a mediar.

 

Publicado en:

https://www.africaye.org/etiopia-elecciones-para-calmar-la-tension/

https://www.africafundacion.org/etiopia-elecciones-para-calmar-la-tension-por-omer-freixa

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