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China, Japón y Corea del Sur afianzan el poder del Pacífico

Las tres principales economías asiáticas acaban de firmar un acuerdo comercial que será la base para un pacto posterior de una zona de integración económica. A pesar de la crisis mundial, juntos constituyen los países que más han crecido globalmente en los últimos 20 años. La reconfiguración de un mundo en el que el eje dirige sus miradas a la cuenca del Pacífico.

 

Números gigantes como su proyección a futuro. Forman parte del grupo APEC (del inglés, Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico), suman un PBI de u$s 17,22 billones, 1513 millones de habitantes y, en alianza estratégica, firmaron un acuerdo de Zona de Libre Comercio. Su intercambio comercial pasó de u$s 125.000 millones en 1999 a u$s 700.000 millones en 2011 y las nuevas inversiones chinas en 2010 representaron el 5% del total mundial (u$s 68.000 millones). China, Japón y Corea del Sur están en la cresta de la ola y empiezan a brillar en un panorama global que cambia a ritmo acelerado. Es que, según especialistas del sector, estos países crecerían algo más que toda la economía mundial, un 4,1% respecto a un 3,35%. De todos modos, hay cautela. «La crisis internacional puede repercutir en dichos índices, aunque se verá un poco más avanzado el año», resume Carlos Spadone, presidente de la Cámara Argentino China de Comercio.

Futuro cierto
La reconfiguración a favor de los países emergentes, que representan la mayor parte del producto global, es una realidad desde hace al menos una década. El conjunto de las economías del bloque Asia-Pacífico supera el 20% del PBI mundial, por delante de la Unión Europea y los EE.UU. Las economías asiáticas poseen el 60% del total de reservas internacionales y han salido a ganar influencia en otras áreas regionales. «Las grandes asociaciones como la APEC se forman para expandir el comercio intra y extrarregional», indica Juan Battaleme, profesor en Gobierno y Relaciones Internacionales de UADE. Estos actores defienden sus industrias y compiten con aquellas cuyo liderazgo histórico tradicional fue propiedad de Occidente. «Los líderes de la economía mundial están en Asia y el eje Asia-Pacífico se transforma en un lugar clave para el mundo a nivel económico», observa Mariano Turzi, coordinador del programa de Asia en UTDT.
APEC persigue objetivos ambiciosos a largo plazo. «Fijó en 2020 el establecimiento de un área de libre comercio para que la integración APEC-ASEAN (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) sea completa», concluye Jorge Malena, coordinador del Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

Desde hace tres siglos la importancia mundial la tuvo la zona del Atlántico, pero, desde inicios del siglo XXI, la situación se está transformando. «El eje de la economía mundial se está desplazando al Pacífico como una suerte de anomalía en las relaciones internacionales», observa Turzi. Además, el mundo retorna a la multipolaridad. «La gobernabilidad global no depende de un actor como en el pasado», remata. China e India van en vías de transformarse en los dos países más ricos del planeta. Ambas son las naciones más pobladas del globo, con 1300 millones y 1200 millones de personas, respectivamente, y se ubican en el tercer y cuarto puesto mundial en sus PBI, con u$s 11,29 billones y u$s 4,46 billones. Son la oportunidad de mercados abiertos para terceros.
Los números chinos crecen a buen ritmo. Basta un simple comparativo para darse una idea: la inversión del país a nivel global en 2000 estuvo en los u$s 28.000 millones y ahora asciende a u$s 300.000 millones. En Asia, se trata de una gran red de inversiones recíprocas en las que China se vislumbra como un gran actor, junto a Japón y Corea, sin olvidar India. «China es el principal socio comercial de Japón y este último el tercero de la primera», puntualiza José Bekinschtein, quien fuera director general de Indra España en Beijing y ex consejero económico de la Embajada Argentina en Pekín en los ‘80.
El acuerdo de libre comercio recientemente firmado es la conclusión de un proceso de vieja data. «En efecto, el último acuerdo comercial sino-japonés es de 1978», advierte. Existen 42.000 firmas con capitales japoneses operando en territorio chino, mientras la IED china en la isla es de u$s 700 millones.
«La región Asia-Pacífico se ha convertido en centro de cadenas de valor global y el perfil del consumidor se ‘asianiza'», explica Turzi. Sin embargo, la región presenta desafíos. «El primer reto es la temática de desarrollo del armamento nuclear norcoreano», expone Andrés Serbin, presidente ejecutivo de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES). Sintetiza los problemas que debe enfrentar China en cuestiones socio-políticas respecto a la transparencia de un gobierno colapsado y en transición, el grado creciente de tensión étnica y el costo ambiental del progreso. «Se pierden de vista problemas estructurales ante la imagen positiva del gigante», agrega. La superpoblación y el éxodo rural también son alarmantes. «Sobran 200 millones de habitantes en el campo», refiere Battaleme. Japón, que se recupera del desastre del año pasado rápidamente, es un actor de peso opacado por China y que figura entre las diez economías más potentes del planeta. «La industria tecnológica de avanzada está en la isla, no en Beijing», concluye el profesor de UADE.
Una última cuestión es el peso de los EE.UU. en la articulación de los bloques regionales. La formación en noviembre de 2011 de la Asociación Transpacífico con representación americana del primero junto a Chile y Perú, es un proyecto realista y gradualista que busca más incrementar la competitividad y el acceso a los mercados que pensar en crear una zona de libre comercio. «Existe una búsqueda alternativa ya que APEC es considerada lenta en lograr la integración cuando, en realidad, se sospecha que se esconde la intención norteamericana de no perder la hegemonía global», reflexiona Malena.

«El stock de inversión directa chino se multiplicó mundialmente por 11, si bien en 2010 solo representó el 1,5% del stock de inversión total», indica Bekinschtein. Con una economía asiática que se perfila como líder, muchos países americanos se sumaron a APEC. Si bien EE.UU. forma parte, la gestión Obama persigue la política del «pivote a Asia», con la idea de reorientar al país hacia el Pacífico, ya que la primera década del siglo XXI lo tuvo inmerso en la lucha contra el terrorismo. «Los EE.UU. plantea una relación incierta a futuro con el bloque Asia-Pacífico en vísperas de las elecciones de noviembre, dependiendo de qué suceda con Obama», remata Serbín.

Lección para América Latina
La presencia china en América Latina es apreciable y responde a una tendencia en alza. «El mayor inversionista en la región es la UE, mientras China se ubica en el quinto lugar», repara el representante de CRIES. Respecto de Argentina, las exportaciones a China (u$s 6500 millones) representaron en 2011 el 7,8% de los saldos de exportación argentinos. Pero éstas solo implican el 0,45% de las importaciones totales chinas. La IED de Beijing en la región es del 9%, con cierto retraimiento en 2011. La Argentina debe afianzar las relaciones bilaterales con los tres asiáticos. Existe una relación comercial sólida con la India, pero en el caso chino debe afianzar la bilateralidad por fuera del Mercosur y relacionarse más con Corea del Sur. «El obstáculo es que Paraguay no reconozca al gobierno de Beijing y, respecto a Japón, hasta que el gobierno argentino no cancele los bonos samurai, habrá una traba bilateral en las relaciones con ese país», sentencia el coordinador en CARI.

Los chinos son ejemplo y aprendizaje para muchos. «En el caso de Brasil y Argentina sería bueno interrogarse sobre la conveniencia de asociación con una región que promete», explica el profesor de la UTDT. China posee una visión estratégica que países como Argentina no tienen. «Saben dónde quieren ir a largo plazo y tienen herramientas sólidas en la toma de decisiones junto a un altísimo poder de negociación», finaliza Bekinschtein.



Historia en bloques
La década de 1980 marcó la agonía del mundo bipolar post Segunda Guerra Mundial. Tras 1989 se disolvieron los dos bloques hegemónicos, el de la OTAN y su rival del conjunto comunista del Pacto de Varsovia. En el mundo de posguerra fría se reforzaron dos tendencias asociativas. El desarrollo en las últimas dos décadas de la región Pacífico, con la fundación en 1989 de APEC. El año pasado se formó la Alianza del Pacífico, integrada por México, Colombia, Chile y Perú, con Panamá y Costa Rica como observadores. Lo más reciente es la formación de la Asociación Transpacífico, entre Australia, Brunei, Chile, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y los Estados Unidos, como parte del “pivote a Asia” en la gestión de Obama. La otra tendencia es la cooperación Sur-Sur, por ejemplo, con la creación del MERCOSUR en 1991. Para los atlánticos de América la inserción al espacio Pacífico es difícil. El Mercado Común del Sur no ha podido forjar relaciones con China. FOCALAE (Foro de Cooperación América Latina-Asia del Este) es lo más cercano a un intento de asociación regional con el extremo asiático, aunque funciona en forma consultiva y no alcanzó hasta ahora una cumbre.

 

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http://www.cronista.com/we/China-Japon-y-Corea-del-Sur-afianzan-el-poder-del-Pacifico-20120525-0017.html

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