Artículos académicos

Resultado de la jornada del ciclo de conferencias "Pensar la cultura" – Universidad Maimónides

El 5 de agosto tuvo lugar, en el microcine del Centro Cultural Recoleta, la ponencia “La mirada de los medios de comunicación y la mirada histórica sobre los vínculos entre Argentina-Brasil, y los aportes de África”, dentro del ciclo de conferencias programadas para julio y agosto, «Pensar la cultura», auspiciado por la Universidad Maimónides.
Disertó conmigo, y en primer lugar, el Dr. Enrique Gussoni, abogado y Director de la Carrera de Abogacía y del Centro de Estudios Sociales, Económicos, Políticos y Jurídicos en dicha institución. A él le tocó describir con perspectiva histórica la relación bilateral entre los dos principales socios del MERCOSUR, Argentina y Brasil. Trazó una recorrida desde los iniciales choques entre portugueses e hispanos desde los albores de la Conquista, tomando como hitos, entre otros, la fundación en 1680 de la Colonia del Sacramento, puesto estratégico en el nexo a Buenos Aires, que pasó de manos entre ambas potencias colonizadoras en reiteradas oportunidades a lo largo del siglo XVIII. Dio una explicación de la creación del MERCOSUR en 1991 y ahondó en los desafíos y logros de esta relación hoy día.
A mí me ocupó un tema distinto. Las relaciones de Brasil con África. También me remonté en la explicación al pasado colonial para explicar la huella africana en el presente de nuestro país vecino. Entre el siglo XVI y el XIX hicieron su entrada a territorio brasileño alrededor de 3,5 millones de esclavos de origen africano, extraidos generalmente de la zona guineana y de las regiones de población bantú, principalmente el Congo y Angola. Hoy día Brasil es habitado por 90 millones de afrodescendientes, una cifra más que significativa en una nación de 200 millones.

 

Esa huella pervive hoy día en una población que acusa origen afro, si bien discriminada en lo político y social desde hace generaciones. El candomblé, el samba, la capoeira, la ciudad de Bahía son algunos de los pocos elementos citados aquí que acusan en forma notoria este origen negro.
Ahora bien, luego la ponencia giró en torno a la devolución del vínculo, es decir, a las relaciones que Brasil entabló hacia el continente africano. Primero, una introducción sobre el papel del país en la economía mundial. En 2050 se espera que sea la tercera economía del planeta (hoy es la quinta). Su PBI actual es de u$s 2.200 millones y se espera que sea más. Compone parte del BRIC, un grupo de países de economías emergentes.
Luego de la indepedencia del país, en 1822, las relaciones fueron tibias y se apagaron aún más con el reparto y posterior colonización de África por las potencias europeas a fines del siglo XIX.
A la derecha, el Dr. Enrique Gussoni
Recién a partir de las décadas que protagonizaron las descolonizaciones, sobre todo la de 1960, se planteó un acercamiento estratégico por parte del gobierno brasileño a algunos países, principalmente los más ricos y poblados (por caso, Nigeria, debido a su fuerte economía basada en exportación de petróleo) y los países de lengua portuguesa. Justificó este acercamiento una visión histórica de una cultura compartida a través de los siglos gracias a la marca de la esclavitud en suelo verde amarelo. Muchos africanos suspicaces vieron en esta llegada un intento de imponer el dominio político y económico, cuando Brasil como tantas otras naciones se veía apremiada por la urgencia ante la crisis del petróleo que estalló en 1973. Se puede decir, como postulan algunos historiadores, que Brasil se hizo con el intento de suplantar a Portugal en el terreno africano y dicho esfuerzo no fue en vano. Hoy día Brasilia tiene un interés estratégico provechoso en África.
La política de vinculación sufrió altibajos en época de la dictadura brasileña (1964-1985) debido a que pesaron más consideraciones del orden de la seguridad internacional, como la amenaza comunista en pleno contexto de Guerra Fría, la alianza con la Sudáfrica del Apartheid y la cautela frente a las independencias de la mayoría de las ex colonias africanas. En efecto, el período más bajo de las relaciones se dio entre 1964 y 1972, frente a la amenaza de la subversión.
Un cambio de orientación se dio en los últimos meses de 1972. El Secretario de Relaciones Exteriores brasileño inició una gira por siete países africanos, basándose en dos ejes: la preminencia de los lazos históricos y la capacidad brasileña para exportar tecnología y conocimientos.
De todos modos, si se compara toda la trayectoria anterior con el siglo XXI, las diferencias saltan notoriamente a la vista. Cambios importantes y una vinculación más fuerte sobrevinieron a partir de la presidencia de Luis Ignacio da Silva. El mandatario rompió records de asistencia y giras presidenciales por el continente (visitó 27 países) e incluso pidió perdón en 2005 al presidente senegalés por el flagelo de la esclavitud en el pasado. Los vínculos comerciales con varios países africanos se reforzaron, de 2003 a 2010 el comercio pasó de los u$s 5.000 millones a 26.000 millones, mientras que el mercado africano absorbe el 5% de la exportación global brasileña actualmente.
Gilberto Freyre. Web Duelos y Quebrantos

 

Si bien los brasileños ríen más de lo que lloran, al mundo se ha ofrecido una imagen de una cultura brasileña armónica, libre de prejuicios y carente de conflictividad social. La alegría es ante todo lo que marca la imagen que se ha hecho en el exterior del pueblo, simbolizada en el samba (en realidad un baile ritual oriundo del África subsahariana). En parte dicha visión es producto de la obra de algunos pensadores de esta sociedad, como Gilberto Freyre, que en su «Casa-Grande e Senzala» proyectó esa idea en 1933. La visión fue una construcción emprendida por Portugal en búsqueda de la legitimidad de su dominio colonial (el lusotropicalismo).
Este paradigma no fue cuestionado si no hasta fines de la década de 1980, con la reaparición de la democracia. Se reforzó la presencia de un nuevo tipo de historia «por lo bajo» que diera cuenta de la conflictividad social, como las frecuentes rebeliones de esclavos que jalonan la historia colonial en general, y que la anterior historiografía había minimizado. En Brasil son numerosas y destaca la presencia de la experiencia del Quilombo de Palmares, auténtica república de negros huidos de la esclavitud que al norte del país por más de medio siglo en la centuria del XVII resistió los embates continuos de la autoridad colonial. Son sólo retazos de una historia muy rica que desafía la visión de un Brasil alegre y armónico.
Fundamentalmente, Brasil carga con el estigma de una abolición esclavista tardía. En 1888, tras muchas idas y vueltas con presiones crecientes, se decretó dicha medida pero sin indemnizar a los amos. Lo anterior sería un error que la costaría la vida a la monarquía un año más tarde. De todos modos, puede afirmarse que la esclavitud es un espejo jurídico que oculta una característica desafiante una vez más a la versión de un Brasil armónico. Las poblaciones afrobrasileñas quedaron marginadas en todo sentido, a pensar de ser libres en el papel.
Para contrarrestar dicha situación, un logro destacado durante la gestión da Silva fue la sanción del Estatuto de Igualdad Racial (2010), que confiere igualdad de posibilidad, por ejemplo, en el acceso a las universidades para estudiantes de ese origen y, entre otras medidas, fundó en 2010 la UNILAB (Universidad Federal para la Integración Luso-Afro-Brasileña), simbólicamente en una de las primeras plazas fuertes donde se abolió la esclavitud. Los progresos se vieron, mientras en 2004 sólo un 2% de estudiantes afrobrasileños concurrían a la educación universitaria, en 2006 esa cifra trepó al 12,5%. Otros logros educativos que merecen señalarse son que «La Historia General de África» de la UNESCO (1981) fue traducida al portugués y se proyecta ser materia de enseñanza obligatoria en las escuelas medias del país. Por su parte, desde 2004 la historia africana es tema obligatorio en la educación primaria.
El quid de la cuestión es que Brasil debe demostrar que su interés por África no es sólo comercial y esta última debe revertir la falta de interés y emprender un serio estudio sobre la nación sudamericana ya que es el segundo país con más población afro del mundo. Se han hecho avances, aunque quedan varias cuestiones pendientes a resolver, en la meta de demostrar que Brasil siente orgullo por sus ancestros y les rinde merecidos honores.
Fotos del evento, propiedad del autor.

One thought on “Resultado de la jornada del ciclo de conferencias "Pensar la cultura" – Universidad Maimónides

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