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¿Un nuevo país en África occidental?

El separatismo es de vieja data en África, producto en gran parte de las inequidades del reparto colonial. Problemas en el este de Ghana

Ghana es un país bastante estable y económicamente agraciado. Sin embargo, la estabilidad ha sido sacudida el viernes 25 de septiembre. Separatistas de Western (o British) Togoland, una franja que abarca una porción del oriente de la República de Ghana, poblada por unas 4 millones de personas, proclamaron la independencia del territorio. La noticia no debiera sorprender pues las ansias independentistas no son novedad en dicha región. El año pasado se dieron hechos similares, pero sin una declaración de independencia. En 2019 y 2020 el gobierno ghanés respondió con rigor.

El grupo insurgente, el Western Togoland Restoration Front (WTRF), provocó el bloqueo de rutas a la región del Volta (que, en realidad, es geográficamente más amplia que el Western Togoland), asaltó dos comisarías, con liberación de presos inclusive, e incautó armamento, todo ello a menos de 72 horas de iniciada la asonada separatista. Luego sumó el asalto a una estación terminal de buses pública, en la capital de la región, Ho, donde los atacantes incendiaron algunas formaciones. La escalada de violencia provocó al menos un muerto, debido a choques entre insurgentes y las fuerzas de seguridad. La respuesta oficial consistió en decenas de arrestos y en endurecer la postura frente al WTRF. Si bien varios actores apelan a enfriar el conflicto y apostar por el diálogo, otros abogan por la mano dura frente a quienes se tilda como terroristas.

Origen del reclamo

El gobierno de Accra insiste en que Togoland es una región ghanesa con argumentación en los cambios posteriores al término de la Primera Guerra Mundial. El protectorado de Togoland, antigua posesión colonial alemana, fue repartido, tras la derrota del Reich en 1918, entre Gran Bretaña y Francia. La región occidental quedó bajo administración británica. En 1914 se había lanzado, desde la entonces Costa de Oro (actual Ghana) la invasión británica al vecino germano, a lo que siguió en 1916 la anexión formal. En 1919 una declaración conjunta franco-británica reconoció el nuevo status y la Sociedad de Naciones, en 1922, garantizó la condición de mandato bajo tutela británica para la región en cuestión.

En mayo de 1956 la mayoría de la población del Western Togoland decidió, mediante un plebiscito (58% a 42%, con 83% de asistencia) amparado por Naciones Unidas, ratificar la unión a la Costa de Oro británica, decisión impugnada al día de hoy por varios grupos proseparación, por atribuirle un carácter fraudulento e inconstitucional al proceso hace ya más de medio siglo. La administración colonial sugirió que la región del Volta fuese integrada a la colonia. Al año siguiente, independencia mediante y surgimiento de Ghana, al amparo del acta de su emancipación, Western Togoland quedó oficialmente incorporado al nuevo Estado unitario surgido. Por otra parte, en 1960 Togo, que había quedado bajo tutela francesa, alcanzó su independencia como tantos otros países africanos ese año, en su mayoría también excolonias de Francia.

Legalidades

En su legislación, Ghana promueve la unidad nacional y evita que las líneas étnicas y de otro tipo propendan a la disgregación. Apenas independizado el país, su parlamento aprobó una ley sobre prohibición de la promoción de intereses étnicos, regionales, raciales, etc. que generen situaciones de discriminación hacia grupos y/o personas o, al contrario, el trato preferencial en detrimento de otras a partir de dichos criterios. La ley continúa en vigor e impone penas de prisión de hasta tres años. En 1976 una ley de prohibición de organizaciones fue aprobada cuando la inestabilidad cundió en el este del país y recayó sobre toda agrupación que tendiera a promover intereses separatistas y/o la integración a territorios extranjeros. La legislación impuso penas más altas, de hasta cinco años de cárcel.

La constitución vigente, de 1992, establece que Ghana es una república unitaria comprendida por los territorios existentes con anterioridad inmediata al momento de sanción del texto. Garantiza la igualdad jurídica y prohíbe todo tipo de discriminación sustentada en términos étnicos, de procedencia, etcétera.

Razones varias

Existe una distorsión en las motivaciones de los separatistas. Si bien estos creen que combaten por la causa de toda la población ewe, el grupo étnico mayoritario, otros grupos no se consideran representados por la misma. Las filas rebeldes tienen un ala pacifista/dialoguista. A pesar que la mayoría de la población del territorio en disputa es ewe, esta última debiera ser cuidadosa en su trato frente a las otras etnias, pues estas son respetuosas del resultado del plebiscito de 1956 y no desearían ser gobernadas por un nuevo Estado dominado por la mayoría étnica.

La población ewe percibe que Ghana no la representa. Entonces, la falta de oportunidades y de desarrollo en la región es otro motivo para unirse a la protesta. En otras latitudes africanas sucede lo mismo, el ascenso del islamismo descansa sobre la misma base de adhesiones, con preferencia en sectores sociales jóvenes, por caso.

La economía suma razones. El factor petróleo (sumado a otros recursos mineros, como oro) también es un aliciente para instigar la agitación ya que son varios los actores que denuncian la exploración y explotación petrolífera en la región por parte del gobierno. Por caso, en 2018 la Association of Western Togoland Youths (Aswetoy) urgió a Accra abandonar el aprovechamiento de depósitos de minerales.

¿Negociar o luchar?

El separatismo sale a la luz una vez más. Frente al planteo pacífico, dos ejemplos. En 1975 un grupo local demandó públicamente la secesión en una asamblea en Ho ante la presencia del entonces gobernante ghanés, el General Ignatius Acheampong. Hace más de dos años un grupo de juventudes solicitó, en Estados Unidos, al Secretario General de Naciones Unidas, a todos sus Estados-miembro, y a Amnistía Internacional, la constitución de un hogar patrio en Western Togoland por la protección frente a la explotación petrolera de Ghana.

Mientras el gobierno ve que el foco insurgente es un problema acuciante, la oposición aprovecha la situación para menoscabar su legitimidad. En un principio, desde el principal partido opositor, el National Democratic Congress, se acusó al presidente Nana Akufo-Addo de no ser contundente con un grupo que apela a acciones armadas y al terror.        También ha sido objeto de fuertes críticas el Ministro de la región del Volta, Archibald Yao Letsa, ante la forma en que ha encarado la crisis separatista. Ciertas opiniones lo ven en connivencia con los cuadros rebeldes, acusaciones que el funcionario, por su parte, ha rechazado categóricamente.

El aire se ha enrarecido y para Accra la hoja de ruta se dirime entre alguna forma de negociación o la lucha sin cuartel contra el WTRF. Las opiniones están divididas. Pero hay un dato claro. La resolución del dilema merece respuesta urgente: a comienzos de diciembre el país afrontará elecciones generales.  Akufo-Addo busca ser reelecto y la gestión sobre esta crisis puede incidir fuertemente en su performance electoral.

Tal vez la evidencia contemporánea no ayude a pensar en una solución negociada pues las cosas no marchan bien en Ambazonia, la región camerunesa anglófona autoproclamada por grupos disidentes que rechazan la continuidad de la integración con el territorio gobernado por Paul Biya, en cierto modo un caso no tan distinto al de Ghana, ya que Camerún también tuvo su pasado como colonia alemana. Por otro lado, se da en Nigeria el secesionismo biafreño y el fantasma siempre presente de la espeluznante guerra de fines de los años 60, entre otros casos africanos.

 

Publicado en:

https://ceaboletin.blogspot.com/2020/10/un-nuevo-pais-en-africa-occidental.html

 

Disponible también en la versión en catalán:

https://ceabutlleti.blogspot.com/2020/10/un-nou-pais-l-africa-occidental.html

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